Durante muchos años hemos oído hablar de los buenos resultados y el nivel educativo que han conseguido en Finlandia, tras varios análisis y declaraciones de los profesionales en la materia hemos podido resumir lo que definen como las claves del éxito que presenta este moderno sistema, y aquí os exponemos estas claves:
Menos tiempo en el colegio, más descanso
Los estudiantes fineses empiezan su jornada normalmente entre las 9:00 y las 10:00 de la mañana, y su día se compone de unas tres o cuatro clases de 75 minutos cada una, con sus respectivas pausas que duran un mínimo de 10 minutos; todo ello resulta en alumnos descansados y listos para aprender, con tiempo suficiente para digerir e integrar lo aprendido. Lo mismo ocurre con los profesores los cuales tienen más tiempo entre clases para organizarse, comer algo y lo más importante, moverse un poco. Todos los últimos estudios han demostrado la importancia de estar físicamente activos y descansar adecuadamente, tanto niños como adultos, a la hora de conseguir el estado mental y anímico idóneo para el aprendizaje.
Menos clases, más planificación
Precisamente este tiempo y espacio extra permite a los profesores cumplir con un aspecto vital de la enseñanza, como es el de diseñar y planear cada lección para que tenga el máximo efecto en sus alumnos; que sea estimulante, intuitiva y fácil de asimilar. Aunque cada vez tenemos mejores libros de texto, no vale únicamente con seguir el temario a ciegas, es responsabilidad del profesor el adaptar los conceptos tratados a la perspectiva del alumno y convertirlos en algo familiar e interesante, digno del estudio que vamos a hacer de ello.
Menos profesores, más consistencia
La relación con el profesor es por lo tanto una gran prioridad en el sistema, ya que esto favorece la tan necesaria empatía que debe imperar en todo el proceso de aprendizaje. Para asegurarse de esto en Finlandia tienen menos profesores pero excepcionalmente formados, con una vocación probada y capaces de cubrir todas las necesidades académicas de sus alumnos; de esta manera además se consigue poder mantener al mismo docente con los mismos estudiantes durante muchos años, llegando a conocer de cerca las necesidades y dificultades de cada uno, y desarrollando un interés personal en verlos triunfar.
Menos exámenes, más aprendizaje
Los fineses se esfuerzan en promover la idea de que el aprendizaje tiene un valor en sí mismo, es normal tener algo de miedo al fracaso y por supuesto que se debe estar orgulloso de las buenas notas y sobre todo de los resultados de nuestro trabajo, pero precisamente los exámenes no son siempre el mejor indicativo de los resultados que hemos obtenido, de hecho a veces desvían la atención del verdadero desarrollo. Por lo tanto los exámenes se dosifican y se limitan a alumnos de cierta edad en adelante, y se intenta enseñar a los estudiantes que educarse y desarrollarse es una de las mayores motivaciones que encontrarán en la vida.
Menos deberes, más participación
Finlandia es uno de los países donde se ponen menos deberes y también con menos clases extraescolares, esto es gracias a que los alumnos realizan el trabajo en el colegio; el tiempo en clase se aprovecha al máximo y cuando se propone un ejercicio o un proyecto, empiezan a trabajar con ganas y con esmero; ninguno se evade ni se desentiende de su tarea puesto que la lección es estimulante y nadie se ha quedado atrás. De esta manera los profesores consiguen que los estudiantes participen activamente y consigan el máximo rendimiento de su tiempo de estudio, despertando en ellos el interés por lo que van a aprender.
Menos estudiantes, más atención
Obviamente no se puede sobrecargar a un docente de alumnos y responsabilidades de la misma manera que no se puede sobrecargar al alumno de presión y trabajo, por ello las clases finesas no suelen superar los 20 asistentes. Una de las claves del método que permite el éxito en la enseñanza es poder dedicarle a cada estudiante la atención que necesita, poder llegar a conocer sus talentos y sus intereses, su ritmo y sus necesidades; así nos aseguramos de consolidar lo aprendido y reforzar los conceptos más difíciles para cada uno, creando una seguridad en todo el proceso.
Menos estructura, más confianza
El sistema ideal no se basa en la estructura si no en la confianza, por supuesto esta confianza no viene de la nada, los padres confían en que los centros cuentan con los mejores profesionales, los cuales a su vez cuentan con las mejores herramientas, y motivan a sus alumnos a conseguir los mejores resultados; gracias a esto se puede confiar en el sistema y hacerlo más flexible, se puede enseñar con más libertad y cambiar el ritmo o el temario para que se adapte a cada uno, y así conseguir que cada uno cumpla los objetivos con éxito.
Menos materia, más profundidad
En Finlandia creen firmemente que asentar las bases, y en esencia cada idea nueva que se introduce, es mucho más sano para el aprendizaje y para el estudiante, y merece todo el tiempo y la dedicación que tengamos que darle; en casi todas las asignaturas, sobre todo en ciencias e idiomas, el orden es importantísimo puesto que todo temario nuevo deriva del anterior, por lo tanto la clave está en profundizar en cada capítulo y conseguir dominarlo del todo para poder integrar correctamente el siguiente concepto y construir así una buena base de conocimiento.
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